Nosotros ponemos los muertos

 

Saturnino Mercader

Sec. Gral. Sector Transporte por Carretera y Urbanos CGT/FETYC- 18 abril 2020

 

La muerte de nuestro compañero Cesar Muriano, con-ductor de los autobuses de TMB en Barcelona, a causa del COVID-19, se ha de sumar a la larga lista de conductores que ya han fallecido ejerciendo su profesión, en distintas partes del mundo a causa de la pandemia mundial que vi-vimos y por la falta de medidas de protección sanitaria que las empresas retrasan en aplicar.

Sindicatos de Italia, Francia, EEUU y España estamos denunciando esta situación desde que saltaron las alarmas por la pandemia que se nos venía encima, alertando a las empresas de la vulnerabilidad de nuestros puestos de trabajo y exigiendo que se tomaran medidas urgentes para prevenir que los conductores pudieran ser contagiados por el COVID-19. Pero en multitud de empresas estas demandas no fueron atendidas hasta que, o los trabajadores tomamos medidas por nuestra propia cuenta, o los contagios se empezaban a multiplicar.

EE.UU es el país que cuenta con más conductores fallecidos hasta la fecha, país donde las empresas empezaron a tomar medidas para evitar contagios cuando se produjeron las primeras muertes de conductores. Según informa el Sindicato de Trabajadores del Transporte -Amalgamated Transit Union and Transport Workers Union- solo en la ciudad de Nueva York, hasta el 13 de abril, suman 50 fallecidos en la MTA, y al me-nos 16 conductores más han fallecido en las ciudades de Bos-ton, Detroit, Nueva Orleans, Washington, DC y St. Louis.

Londres ha sido la ciudad más golpeada de Europa, ciudad que ya suma 20 muertes confirmadas de conductores de la Trans-port for London a causa del COVID-19. La empresa de auto-buses de Londres sólo permitió el cierre de la puerta delantera a la vez que repartió mascarillas y guantes a los conductores, cuando se produjeron los primeros fallecimientos. París ha sido otra de las ciudades donde el virus ha golpeado a los con-ductores de la RATP. Según informó la CGT francesa el pasa-do lunes, murió un conductor de esta empresa por COVID-19 y en la ciudad de Chelles la muerte de otro conductor, el sába-do 4 de abril, provocó un plante de la plantilla, que solo sacó autobuses para transportar al personal sanitario. Este plante duró hasta que la empresa se comprometió a desinfectar los autobuses todos los días, a proporcionar guantes y mascarillas y mandar a casa, con permiso retribuido, a los conductores mayores de 55 años.

Las empresas retrasan la puesta en marcha de medidas de prevención

Es un hecho que se ha repetido en todas partes y en todas las empresas, públicas y privadas, que operan en el transporte público. Barcelona fue la primera ciudad de España donde no se abrió la puerta delantera, para que subiera el pasaje, ni se cobró billete en metálico y se instaló una cinta de separación entre el pasaje y el puesto de conducción, medidas que seguro han disminuido el número de contagios entre la plantilla. Pero hay que destacar que estas medidas solo las aplicó la empresa ante la posición firme de los sindicatos que habían avisado que si no lo hacia TMB serian los propios sindicatos los que apli-carían las medidas reclamadas. En la EMT de Mallorca ocurrió lo mismo, pero allí la empresa no hizo caso y fueron los sindi-catos los que actuaron directamente. En otras ciudades del Estado han tenido que ser los propios trabajadores los que, ante el pasotismo de sus empresas, se han tenido que autopro-

teger proveyéndose ellos mismos de guantes y mascarillas o negándose a abrir la puerta delantera. Y también ha habido empresas, como en AVANZA de Getafe, que ha habido traba-jadores que se han negado a salir a trabajar si la empresa no actuaba para impedir que se pudieran contagiar del COVID 19.

Para las empresas lo primero es el dinero

No crear alarma para que siga subiendo el pasaje decían en Nueva York, mientras que en Londres la Transport for London les decía a sus trabajadores que si no estaban enfermos vinie-sen a trabajar a la vez que les daba la posibilidad, que si tenían miedo de ser contagiados se podían adelantar las vacaciones o cogerse permiso NO RETRIBUIDO.

En España más del 85% de las empresas de transporte urbano han aplicado ERTEs a sus plantillas. En Málaga, Granada, Almería, Jaén, Algeciras, Sevilla, Badajoz, Zaragoza, Oviedo, Salamanca, Ávila, Palencia, Segovia, Valladolid, Talavera de la Reina, Lleida, Viladecans, Hospitalet, Cornellá, Sant Cugat, Vigo, Pamplona, Vitoria, Valencia, Benidorm, Murcia, Ceuta, Melilla y muchas ciudades más, las empresas han mandado al paro a sus planillas para que sea el Estado, y no ellas, el que les pague el 70% de su salario mientras duren los ERTEs, el otro 30% irá por cuenta de los trabajadores, a lo que habrá que añadir la incertidumbre de si los ERTEs pueden acabar convir-tiéndose en EREs, en despidos definitivos.

Muy pocos han sido los ERTEs que la administración ha re-chazado: Grup Baix Bus, SARFA, EMT-Valencia, AUVASA-Valladolid y pese ha ello la patronal del sector sigue exigiendo al Gobierno que tome medidas para que no haya ningún tipo de restricción en el sector para aplicar ERTEs. Entre las aso-ciaciones de empresarios del sector destaca el comunicado de ATUC (Asociación de Transportes Públicos Urbanos) donde ocupan, o ocupaban, cargos de dirección representantes de las empresas más importantes de España, entre ellos Gerardo Lertxundi, gerente de TMB. ATUC pedía al Gobierno, en una carta fechada el 11 de abril, que independientemente que las empresas fueran públicas o privadas, dejase que se les aplicara ERTEs con el objetivo de salvar sus ejercicios económicos.

Nos llaman héroes y nos dejan morir o nos llevan al paro

El alcalde de Nueva York ha declaro héroes a los conductores de su ciudad, también se ha utilizado este calificativo, por par-te de empresarios y autoridades en otras ciudades y mientras dicen esas palabras los conductores vamos sumando muertes y contagios por falta de medidas de seguridad, o nos mandan al paro. Ante esta situación a los sindicatos y a los trabajadores no nos queda otra salida que luchar por nuestra salud y por nuestros salarios, esta crisis no la podemos seguir pagando los trabajadores, nadie tiene que poner su vida en peligro en su puesto de trabajo, nadie tiene que perder su trabajo o ver redu-cido su salario por una crisis que no hemos provocado noso-tros.

- BASTA DE MUERTES Y CONTAGIOS

- SIN SEGURIDAD NO TENEMOS QUE TRABAJAR

-QUE NUESTROS SALARIOS SE GARANTICEN CON LOS BENEFICIOS ACUMULADOS DE LAS EMPRESAS